Jacques Briochin: Lait de soin (Leche para limpiar cuero)

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Con el paso del tiempo, si no limpias con regularidad tus productos de cuero, estos pierden su brillo, su color se desvanece, se agrietan y se manchan. Esta leche limpiadora desarrollada por Jacques Briochin puede ayudarte a realzar el aspecto liso de tus pieles, ya sea en zapatos, chaquetas y/o sofá.

Formulado sin silicona, no obstruye los poros de la piel y la deja respirar.

Para un acabado redondo, que proporcione un chute de claridad a tus pieles, aplica después de la leche limpiadora el betún en crema incoloro. Gracias a su práctico envase, podrás tenerlo en casa o llevarlo a cualquier parte, viaje o compromiso.

Esta es una foto de Jacques Briochin.

Antes de usarlo asegúrate de que el artículo sobre el cual vayas a aplicar la leche limpiadora, esté libre de polvo o suciedad. Bastará con pasar un cepillo o paño ligeramente humedecido.

A continuación, vierte una pequeña cantidad del producto sobre un paño y aplícalo con movimientos circulares.

100ml.

>30%: hydrocarbures aliphatiques, C9-C11, N-alcanes, isoalcanes, cycliques.  <5% agents de surface non ioniques, chlorocetamide. <2% Aromatiques acetate de butyle.

Es tan importante tener los pies en la tierra, que no podrás olvidarte de cuidar tus zapatos y... no solo tus zapatos. Esta leche limpiadora con cera de carnauba, alimentará las pieles de tus superficies de cuero que necesiten una dosis de vitalidad. 

Corría el año 1919 por la Bretaña francesa cuando Renald Raoul, un comerciante de ceras, estrenaba título de padre y creaba la marca Le Briochin. Su hijo, Jacques Briochin, fue llamado así como los habitantes de Saint-Brieuc en Cotes d'Armor, donde viven y fabrican los productos.

En su taller, Renald Raoul creaba detergentes y productos de limpieza para profesionales: pintores, mecánicos, artesanos, etc. Algún tiempo después, el boca a boca les ayudó y sus productos superaron la frontera Bretona, reconocidos como los productos más efectivos.

Comenzando los años 90 y en respuesta a las peticiones de los clientes particulares, ampliaron su rango al público general. Fue entonces cuando el negocio Le Briochin pasó a llamarse Jacques Briochin. Los empresarios visionarios tuvieron entonces una idea: ¿qué pasaría si Jacques Briochin acompañara a los hombres y mujeres en sus hogares? Para ello, había que estar presente en hipermercados y supermercados. ¡Y lo hicieron!

Gracias a la lealtad de los consumidores, la familia se expandió. Ahora se compone de más de una veintena de productos que respetan y mantienen impecables todas las superficies y habitaciones de nuestras casas. Desde su comienzo ofrecen productos de alta calidad que demuestran su savoire-faire y su gran tradición en el negocio familiar, en el que ya llevan varios siglos de la historia francesa.