Jacques Briochin: Dégraissant Cuisine (Desengrasante en dosis)

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¡Confecciona tu propio limpiador casero con el desengrasante en dosis de Jacques Briochin! Cada una de las dosis lleva un concentrado de principios activos en polvo listas para disolver en agua y hacer frente a la grasa que se posa en tu encimera tras el cocinado.

Para conseguir este súper concentrado, han utilizado lo mejor de los ingredientes de antaño como los cristales de soda en polvo que harán milagros en tu cocina. Además de sus ya característicos componentes como el bicarbonato de sodio que se encarga de reforzar la acción desincrustaste. 

Esta es una foto de Jacques Briochin

Para preparar mi propio limpiador en casa, nada más sencillo: 1 dosis + 250 ml de agua =  ¡y listo! (2 dosis para superficies muy sucias)

**Asegúrate de que la botella utilizada esté LIMPIA, VACÍA, HERMÉTICA Y ADECUADA para el uso de productos de limpieza. No uses múltiples productos en una misma botella.

Caja de 9 dosis. 63g

SODIUM CARBONATE, SODIUM BICARBONATE,  SODIUM GLUCONATE, SODIUM CITRATE,  TETRASODIUM, GLUTAMATE DIACETATE,  SODIUM, LAURYL SULFATE HEPTYL GLUCOSIDE, SODIUM METASILICATE, PARFUM, LINALOOL, LIMONENe.

Estas cápsulas desengrasantes te permiten simplificar tu rutina de limpieza al máximo. Sólo te hará falta reciclar un bote usado de algún otro producto que ya se te haya agotado, y ¡listo! Empieza a preparar su propio desengrasante.

Corría el año 1919 por la Bretaña francesa cuando Renald Raoul, un comerciante de ceras, estrenaba título de padre y creaba la marca Le Briochin. Su hijo, Jacques Briochin, fue llamado así como los habitantes de Saint-Brieuc en Cotes d'Armor, donde viven y fabrican los productos.

En su taller, Renald Raoul creaba detergentes y productos de limpieza para profesionales: pintores, mecánicos, artesanos, etc. Algún tiempo después, el boca a boca les ayudó y sus productos superaron la frontera Bretona, reconocidos como los productos más efectivos.

Comenzando los años 90 y en respuesta a las peticiones de los clientes particulares, ampliaron su rango al público general. Fue entonces cuando el negocio Le Briochin pasó a llamarse Jacques Briochin. Los empresarios visionarios tuvieron entonces una idea: ¿qué pasaría si Jacques Briochin acompañara a los hombres y mujeres en sus hogares? Para ello, había que estar presente en hipermercados y supermercados. ¡Y lo hicieron!

Gracias a la lealtad de los consumidores, la familia se expandió. Ahora se compone de más de una veintena de productos que respetan y mantienen impecables todas las superficies y habitaciones de nuestras casas. Desde su comienzo ofrecen productos de alta calidad que demuestran su savoire-faire y su gran tradición en el negocio familiar, en el que ya llevan varios siglos de la historia francesa.